CLICK HERE FOR BLOGGER TEMPLATES AND MYSPACE LAYOUTS »

viernes, 19 de febrero de 2010

ASÍ HABLABA QUETZALCOATL


Me preguntaba hace unos días qué publicar. Porque claro, cuando uno tiene un blog es para compartir con esa comunidad maravillosa que es internet. Yo misma busco a diario información y cada nueva publicación de mis páginas favoritas es un tesoro que me hace crecer cada día.
Y entonces, por estos días esperaba esa joya para poder compartirla con ustedes. Y una amiga muy querida me ha enviado este texto que pertenece al libro "Así hablaba Quetzalcoatl" de Caiatl Acotl.
Yo tengo un especial afecto por las enseñanzas mesoamericanas. Ahora verán ustedes por qué:

"Eran muchos los que en el silencio de los volcanes nevados y de los pequeños valles ocultos, se buscaban a sí mismos.
Pero Quetzacoatl les decía:
Aquellos que buscan el Silencio en la calma nunca lo encontrarán desnudo.
Para desnudarlo hay que buscarlo entre el bullicio.
Díganme:
¿De qué sirve a un corazón tener calma en medio de la soledad?,
¿A poco no es como la calma que tiene un lago estancado en un valle?
Mas, ¡Qué grande es un corazón cuando en medio de las dificultades y los problemas conserva la calma y se viste con el Silencio!
Es como el torrente que resbala sereno por la ladera de la montaña.
Algunos van a lugares donde lo más que les molesta es el canto de un pajarillo, o el sonido que arranca el viento a las hojas de los árboles.
Y piensan:
Estoy tranquilo y sereno en este lugar, he alcanzado la calma y el Silencio es amigo en mi corazón.
Pero cuando vienen al bullicio, sus pulsos se agitan y sus corazones se alteran, y sus pensamientos chocan con violencia en sus frentes,
Yo les preguntaría:
¿Dónde guardaron la calma?,
¿Qué morada le prepararon en sus pechos que tan pronto se les fue?
Sepan que aquel que busca el Silencio interior debe encontrarlo en medio de los ruidos y de las voces y de los gritos, y tomándolo debe sentirlo en su corazón, y al escucharlo ya no oirá hacia afuera sino hacia dentro.
Y en verdad les digo, que ni cien tormentas, ni la explosión de mil volcanes podrían ya nunca separarlo de él.
Para buscar pues, la calma Interior, no vayan adonde todo es calma sino adonde no hay paz, y sean ustedes la paz.
De esta forma la encontrarán al darla, y la tendrán en la medida en que vean que otros necesitan de ustedes para calmarse".
María Elena Sarmiento
Directora
Escuela de Conciencia Aplicada
El Castillo del Alma

LA BUENA CRISIS

Quiero recomendar este libro del escritor español Alex Rovira:


La Buena Crisis es un muestrario de ideas reveladoras, un conglomerado de palabras que por la fuerza iluminadora que encierran son capaces de ganar las batallas de los tópicos, a las miradas pesimistas, a las reacciones airadas y a la resignación en los momentos de crisis.La Buena Crisis intenta vincular lucidez e inteligencia con bondad, resistencia y esfuerzo colectivo con la intención de pasar del Yo víctima al Nosotros podemos. Una serie de cartas al lector, amenas, amables, que lo despierten de su letargo y que apelan directamente a la parte de cada uno que siente miedo, frustración, duda, rabia, culpa, resignación, esa parte por la que se sienten solos e impotentes. Son las cartas de un amigo que ha hecho una travesía por el desierto hasta encontrar su oasis y que ansía compartir con el otro su hoja de ruta existencial. Una obra deliciosa que nos enseña a estar agradecidos por la crisis, que nos ayuda a entender la relación entre crisis, cambio y transformación, que nos descubre la importancia del sobreesfuerzo, el verdadero origen de la humildad, que sin pasión no hay origen ni acción, nos muestra la crisis como catarsis y nos proporciona las diez reglas de La Buena Crisis.
En el link adjunto verán una entrevista extraordinaria, tómense el tiempo de verla porque de verdad vale la pena...

http://www.alexrovira.com/cat/videocnn.html

María Elena Sarmiento
Directora
Escuela de Conciencia Aplicada
El Castillo del Alma

jueves, 18 de febrero de 2010

DATE CUENTA

"Las personas están tan sumidas en el tiempo, que han perdido la Eternidad"
-Eckhart Tolle-